SISTEMA DE INFORMACIÓN PÚBLICA que apoya la difusión y generación de información de importancia para quienes participan de la cadena porcina y es sostenido por redes de cooperación de instituciones públicas y privadas vinculadas al sector.

25/01/2014 - Sin categoria

Importancia de la Gestión Ambiental en la cadena de valor del sector porcino en Argentina

La gestión ambiental en las empresas porcinas desarrolla potencialidades para los consumidores, dándole ventajas competitivas en el mercado nacional e internacional.

La gestión ambiental es un conjunto de acciones que permiten lograr la máxima racionalidad en el proceso de toma de decisión relativa a la conservación,
defensa, protección y mejora del ambiente, mediante una coordinada información interdisciplinaria y la participación ciudadana.
Es un concepto que alcanza al desarrollo sostenible aplicado a toda actividad que pueda afectar al medio ambiente. Aspectos cada vez más exigentes que
necesitan de numerosos requisitos legislativos porque están condicionando la estructura económica de un país y sus relaciones internacionales. Se conocen en el
mundo la existencia demostrada de fuentes de contaminación en los alimentos y de sus efectos, y la influencia clave de los medios informativos en la imagen de
las empresas y por lo tanto en su competitividad, y la opinión decisiva de los consumidores y usuarios, cada vez más informados y sensibilizados. El indicador de
logro de la gestión ambiental está dado por las acciones concretas que se puedan ejecutar en el plano técnico y en la validación del mejoramiento de la calidad
de vida de la población. Para ello, la gestión ambiental considera tres objetivos vinculados a los tiempos para los cuales se aplican los instrumentos: futuro,
presente y pasado. Por tanto se pueden clasificar según los siguientes modelos: prevención de conflictos ambientales futuros, corrección de conflictos
ambientales presentes; y la recuperación de procesos de deterioro ambiental ocurridos en el pasado. El ordenamiento territorial es hoy un instrumento
encaminado a establecer pautas de uso de la tierra y orientar la distribución geográfica de las actividades productivas sobre la base del reconocimiento de la
vocación natural de las diferentes regiones del territorio y de los factores que limitan o condicionan su utilización por parte de la sociedad. Ahora, para realizar de
una manera lógica la planificación y el manejo ambiental de una empresa porcina se requiere tener claridad y conocimiento con respecto a la naturaleza y a las
implicancias propias de la actividad y sobre las obligaciones y responsabilidades de carácter ambiental que se derivan de su ejecución. Las implicancias hacen
referencia al impacto ambiental que genera la actividad y las responsabilidades, a los compromisos de carácter legal y normativo, como aquellos que
voluntariamente los sectores productivos han asumido. La crianza porcina familiar a campo tiene la principal ventaja de garantizar la disponibilidad de proteína y
grasa animal para la alimentación popular a un costo relativamente bajo para sus propietarios, dado el bajo nivel de insumos que caracteriza a este sistema de
explotación. Sin embargo este tipo de explotación de autoconsumo concede un enfoque y por tanto metas muy limitadas a la producción con relación a la calidad.
No obstante, el predominio significativo del sector porcino argentino bajo esas condiciones de crianza, tiene la desventaja de ocasionar una gran vulnerabilidad
sanitaria a la población porcina en general, debido a ausencia de un enfoque sistémico de producción y desconocimiento de las Buenas Prácticas de Producción y
de medidas de bioseguridad en el sector porcino, menor vigilancia epizootiológica por la dispersión del sector, tanto en áreas rurales como urbanas,
desconocimiento de la población real existente, con afectación del alcance objetivo de la vacunación en programas de control específicos, ausencia de
trazabilidad de la producción, fallas en la cadena de frío para garantizar la conservación de los productos hasta su aplicación final, y por consiguiente su
efectividad, deficiente estado general de los animales por la no disponibilidad de alimentos en cantidad y calidad necesarias, lo que repercute negativamente en
los mecanismos de resistencia inespecífica de los animales, riesgo creciente de introducción de enfermedades a través de la alimentación con residuos
alimenticios, falta de capacitación en principios elementales de higiene productiva, riesgo creciente de diseminación de enfermedades hacia los sistemas de
explotación intensiva industrial a través de los trabajadores con crianzas familiares propias, riesgo creciente de difusión de enfermedades por deficiencias en el
control del traslado de los animales, deficiente control sanitario por complejas redes de comercialización de cerdos, sus carnes y derivados. Carencia de
definición de especificaciones y requisitos de calidad que deben cumplir los productos, insuficiente conocimiento de los propietarios acerca de las enfermedades
que afectan a los cerdos. Deficientes mecanismos de control y evaluación para detección de desviaciones. Por el contrario, las tecnologías para la crianza porcina
especializada exigen, además de elevados insumos para su explotación eficiente, la aplicación de rigurosos sistemas de gestión donde la bioseguridad sea un
proceso crítico que garantice la protección sanitaria de las piaras, el hombre y el medio, incluyendo la aplicación de programas efectivos de control contra
enfermedades específicas en ellos presentes. Sin embargo, las condiciones económicas existentes, la ausencia de una cultura de la calidad y las indisciplinas
tecnológicas que aún subsisten, comprometen seriamente la efectividad de nuestros sistemas de explotación productivos o industrial, sean sus propósitos
genéticos o comerciales, tanto en el sector empresarial como en otros estatales. Entre las principales dificultades se encuentran las siguientes: deficiencias
constructivas en el estado físico de las instalaciones que atentan contra las condiciones higiénico-sanitarias de la crianza porcina y el bienestar animal en general
como: incorrecta ubicación de depósitos de alimentos, filtros sanitarios inoperantes, sistemas inadecuados de disposición de residuales de efluentes y mal estado
de cercos, techos, pisos, comederos y bebederos; insuficientes insumos para garantizar óptimamente los sistemas integrales de bioseguridad (alimentos, agua,
medicamentos, productos, cadena de frío, instrumental veterinario, desinfectantes, insecticidas, rodenticidas, ropa y calzado sanitario), escaso desarrollo
tecnológico e insuficientes insumos en la infraestructura técnico-industrial para garantizar el control sanitario de todo el flujo productivo y la calidad sanitaria del
producto final en laboratorios de diagnóstico veterinario, mataderos y procesadoras. La norma ISO 14000 es una norma internacionalmente aceptada que
expresa cómo establecer un Sistema de Gestión Ambiental (SGA) efectivo. La norma está diseñada para conseguir un equilibrio entre el mantenimiento de la
rentabilidad y la reducción de los impactos en el ambiente y, con el apoyo de las organizaciones, es posible alcanzar ambos objetivos. La norma ISO 14000 va
enfocada a cualquier organización, de cualquier tamaño o sector, que esté buscando reducir los impactos en el ambiente y cumplir con la legislación en materia
ambiental tanto si supone aumentar su participación en el mercado, reducir los costos, gestionar los riesgos con mayor eficacia como mejorar la satisfacción de
los clientes. Un sistema de gestión de la calidad proporciona el marco necesario para supervisar y mejorar el rendimiento de cualquier área que se elija. La ISO
22000 es una norma enfocada en la Gestión de la Inocuidad de los alimentos, esta norma define y especifica los requerimientos para desarrollar e implementar
un sistema de Gestión de Inocuidad de los alimentos, con el fin de lograr un armonización internacional que permita una mejora de la seguridad alimentaria
durante el transcurso de toda la cadena de suministro. La ISO 26000 es una guía que establece líneas en materia de Responsabilidad Social establecidas por la
Organización Internacional para la Estandarización. Todas las organizaciones, independientemente de su tamaño o sector, están expuestas a una serie de
amenazas que las hacen vulnerables y pueden entorpecer la correcta consecución de los objetivos establecidos, como pueden ser accidentes operacionales,
enfermedades, incendios u otras catástrofes naturales. La gestión integral de riesgos ha ganado impulso en los últimos años, dando lugar a la creación de
diversos modelos de gestión de riesgos, entre ellos la norma ISO 31000. En nuestras latitudes, el sector porcino nacional en la actualidad se vincula con una alta
proporción de faena clandestina e informalidad del sector, todavía. La falta de salas de faena cercanas a las zonas de producción induce principalmente a los
pequeños productores, que no pueden afrontar los costos del flete, a comercializar sus productos sin los certificados sanitarios correspondientes. Esto a su vez
los condena a operar dentro del mercado informal. La falta de una faena certificada representa un serio obstáculo para el logro de estándares mínimos de
calidad que exigen los compradores. Esto limita el crecimiento en volumen ya que no pueden desarrollar una marca y acceder a mercados formales. El brote de
gripe porcina en su momento no hizo más que agravar la situación ya que motivó a los organismos de control sanitario a reforzar los controles. De allí la
importancia de resolver de manera integral el cuello de botella existente en este eslabón de la cadena. Los Japoneses consideran que el aseguramiento de la
calidad tal como lo contempla ISO, fue uno de los peldaños que la industria nipona debió reconocer para llegar al status de competitividad que ahora ostenta.
En Argentina, el Frigorífico Paladini S.A. posee una clara preocupación por el cuidado del medio ambiente que manifiesta a través de su accionar diario. Es la
única empresa del rubro que ha certificado su Sistema de Gestión Ambiental bajo la Norma ISO 14001:2004. Adoptaron esta norma internacional como guía para
establecer un sistema de gestión ambiental, el cual está certificado en toda la planta industrial de Villa Gobernador Gálvez. El directorio de Frigorífico Paladini
S.A., se propone prevenir la contaminación ambiental, proteger los recursos y el ambiente natural promoviendo el desarrollo sustentable dentro del alcance de
su sistema de gestión ambiental. Para ello establecieron objetivos y metas ambientales apropiados a la organización, procurando una mejora continua en nuestro
desempeño ambiental. Cumplir con la legislación ambiental vigente, así como con otros requisitos que la organización suscriba. Promover el uso eficiente de los
recursos naturales y prevenir la contaminación del medio ambiente. Capacitar al personal respecto del cuidado responsable del medio ambiente y evaluar
periódicamente el cumplimiento de esta política. Asimismo con la construcción de una planta de tratamiento de efluentes se alcanza una purificación integral de
los líquidos residuales, a fin de adecuar su vuelco al Río Paraná y a los requerimientos de salubridad comunitaria. En este sentido la Argentina debe agendar
tanto en la producción como en la industrialización, estos temas, orientando sus sistemas productivos a las demandas de mercados cada vez más exigentes. En
las últimas décadas la agroindustria argentina en su conjunto, estuvo aislada de estos profundos cambios y pocas empresas desarrollaron estrategias ajustadas a
determinados segmentos del mercado. Se puede revertir la situación y construir modelos productivos sustentables desde una visión dirigida a cambiar actitudes
frente al nuevo escenario de producción y comercialización de los nuevos mercados regionales e internacionales. Un primer elemento es el diseño de estrategias
para el crecimiento del sector y políticas sectoriales con una visión a largo plazo, que integre un proyecto nacional competitivo, que involucre suficiente formación
de líderes en el sector privado, importancia de la actividad exportadora para agregar valor a la ganadería nacional y actitudes dinámicas de los actores del
sector. No obstante, existen en nuestro país y también en el mundo nuevos enfoques que gobiernan la demanda y que en cierto modo afectan la producción. Las
preocupaciones de los consumidores del mercado externo e interno en el campo de la salud, el bienestar animal y el impacto ambiental son objeto de nuevas
regulaciones para los sectores productivos en algunos países y ponen nuevas condiciones al comercio internacional. El etiquetado y la trazabilidad son una parte
de las respuestas a estas exigencias de los consumidores. Otras tienen que ver en materia de servicios incorporados a los alimentos, tales como pre-cocción,
empaque. Estas innovaciones son el resultado de la investigación y el desarrollo para ajustar la oferta a la preferencia de determinados consumidores. En cuanto
a la sustentabilidad ambiental la producción de cerdos bajo condiciones de crianza intensiva al aire libre es de reducido impacto ambiental. Sin embargo, la
tendencia creciente a la concentración de la producción en grandes unidades de confinamiento, tal como ha ocurrido en muchas partes del mundo, puede llegar a
generar en el futuro, problemas de contaminación si no se toman los recaudos necesarios para realizar un correcto manejo de los efluentes. Hoy, hay un cambio
de paradigma encaminándose hacia una Porcicultura Moderna, con conceptos de Gestión y Organización, donde las variables micro que hacen eficiente la
producción (la aplicación de tecnología, la mejora genética, los procedimientos estandarizados) serán complementadas con variables macro como lo son las
formas de organización y cooperación que permitan alcanzar alta especialización y nuevos modelos organizacionales. Para esto se necesita legislación ambiental
ad-hoc. La mayoría de las normativas vigentes provienen de otras especies y no consideran el alto valor potencial que implican los efluentes, para ser aplicados
como fertilizante orgánico. A partir de los efluentes porcinos se pueden aplicar modelos de tratamientos que reduzcan el impacto ambiental por captura de gases
efecto invernadero, generar energía eléctrica y térmica y aplicar los líquidos tratados en cultivos agrícolas reemplazando fertilizantes sintéticos. No hay futuro de
mercados externos si no incluimos en los procesos productivos, comerciales e industriales proyectos de gestión ambiental. El mundo consumidor exige alimentos
obtenidos en circuitos que cuiden el ambiente además de calidad e inocuidad alimentaria.

Fuente: Rodolfo Oscar Braun Dr. En Ciencias Agropecuarias Msc. En Salud y Producción Porcina Docente Investigador de la UNLPam

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