"En la década de 1990 el mercado doméstico argentino consumía 96 kilogramos de carne por año por persona, compuestos por 68,5 kilos de cortes de carne
bovina, 6,1 kilos de cerdo, 20 kilogramos de pollo y 1,4 kilos de carne de oveja, mientras que en 2010, plena crisis del sector bovino con reducción de stock
ganadero y fuertes incrementos de precios, el consumo total de carnes estuvo en los 105 kg/persona compuestos por 57 kg. de bovino, 8,4 de carne porcina,
37,6 kilos de pollos y 1,5 de cortes ovinos, es decir, el consumo subió 9 kilogramos en la sumatoria total, una tendencia que se repitió en 2013 cuando el
consumo total de carnes ascendió a 115 kg./persona, subiendo a 64 kg. bovino, a 10 kg. cerdo, 39,9 pollos y 1,3 ovino, llevando la diferencia con la década del
90 a un consumo de más de 20 kg./persona", dice el informe de la Mesa de la Cadena de Valor de la Carne Bovina, que se reunió el pasado 13 de enero,
convocada por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación con el objetivo de establecer un diagnóstico actual con indicadores de la cadena
cárnica argentina."
"Cuando se analiza esta situación y se compara con la composición de las dietas de otros países, llegamos sin titubear a la conclusión que el consumo de
proteínas de origen animal en la dieta de los argentinos está asegurada y compuesta, con exceso de consumo de cortes bovinos y potencial de crecimiento de los
cortes porcinos", analizó el doctor Daniel Urcia, Director Ejecutivo de AFIC.
Si analizamos que el incremento del mayor consumo doméstico entre el 2010 y 2013, cuya diferencia del mayor consumo por habitante es el equivalente al
incremento en cantidad de cabezas faenadas, manteniendo los guarismos de toneladas exportadas, la producción ganadera se torna hoy no rentable, mostrando
índices de equilibro con peligro para en el caso de no revertir esta situación, tener una nueva crisis y liquidación de rodeo en 2015. Por eso, reclamaron una
mejora de la condiciones del sector.
"A raíz de la crisis del sector bovino, hubo un sector que tuvo la posibilidad de mejorar su participación en el consumo de la mesa de los argentinos: los cortes
frescos porcinos, aumentando su consumo de escasos 7 kilos/habitante/año a más de 10 kg. habitante/año. Esos 3 kilos por habitante representan un incremento
en la faena total de un tercio de animales y tiene un potencial tremendo de crecimiento porque, si bien las carnes de cerdo son las de mayor consumo mundial
con un consumo de 15 kg./habitante/año, en nuestro país estamos 5 kg por debajo, pero si quisiéramos igualarlo no tendríamos suficiente producción. La
importación de cortes porcinos es destinada exclusivamente a la producción de fiambres", consideró Urcia.
Cuando comparamos cortes bovinos y porcinos debemos tener presente que en nuestro país los primeros están gravados con un IVA del 10,5% y los segundos
con el 21%, lo que dificulta su mayor consumo y de ser igualados aumentaría sensiblemente el consumo de estos últimos. "Hago la comparación porque en un
plan de expansión de la cadena de ganados y carnes, la combinación de ambas carnes no son excluyentes, por el contrario, la mayor participación de una en el
mercado externo (bovino) asegura el crecimiento de la otra (porcina) y ambas aseguran la presencia de alimentos en la mesa de los argentinos, permitiendo el
desarrollo de la comunidad productiva rural (es decir, evitando el éxodo a grandes ciudades con la generación de nuevos empleos genuinos); la transformación
de materia prima en carnes; una producción rentable y perdurable saliendo de los períodos de cíclicos; un mayor ingreso de divisas; y, en definitiva, un mayor
producto bruto interno", completó el analista.
El Ministro de Agricultura, Ing. Agr. Carlos Casamiquela, pasó a saludar a los asistentes de la Mesa de la Cadena de Valor de la Carne Bovina, se disculpó por no
poder quedarse en la reunión por tener otras obligaciones, aunque le transmitió a los presentes que su gestión estará basada en el diálogo y en la predisposición
para intercambiar ideas admitiendo el disenso; y que tendrá como firme propósito que el sector recupere un rol protagónico en el mercado internacional, con
exportaciones de corte de alto valor bajo un esquema de 80 por ciento destinado al consumo interno y 20 por ciento a la exportación, de manera tal que el
mercado doméstico continúe siendo el de mayor consumo de carne bovina en el mundo.
Bajo la coordinación del Subsecretario de Ganadería, Jorge Dillon, durante el encuentro se abordaron cuestiones técnicas como el control comercial, el sistema
de información, la oferta de hacienda, el peso de faena y el acceso a mercados internacionales. Estos ejes fueron previstos a través de un trabajo conjunto entre
el Magyp, el Ministerio de Economía, el SENASA, la Cancillería y representantes del sector privado.
Fuente: Revista El Federal (revistaelfederal.com)