La investigación "Las nuevas generaciones de mujeres rurales como promotoras del cambio" fue encargada al Instituto Internacional de Planeamiento de la
Educación (IIPE) de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) con el fin de actualizar la base estadística de los
programas ejecutados por la UCAR que, entre otros datos, proveen información específica sobre las brechas de género. Se trata de un estudio de la situación de
las mujeres rurales jóvenes, de sus necesidades y oportunidades, en el cual se observan los cambios y avances en la conquista por la igualdad de derechos y
oportunidades.
Según los datos analizados, en temas como formación, uso de la tecnología e incluso independencia, las mujeres rurales jóvenes han logrado importantes
avances, no solo respecto de los hombres sino también sobre sus madres y abuelas. Por ejemplo en la culminación del nivel secundario, el porcentaje de
mujeres que lo finaliza supera al de los varones y la brecha se amplió en un 36% en los últimos 10 años. Con respecto al uso de la tecnología, también aquí la
brecha las favorece ya que más del 38% -contra el 35% de los varones jóvenes- declaran usar computadora.
Además, las mujeres se han vuelto más independientes a lo largo de los años y si bien en las áreas urbanas los hogares con jefas mujeres tienen mayor
incidencia que en las rurales, se destaca el crecimiento explosivo que experimenta la jefatura femenina joven en el período inter-censal 2001/2010, donde
dentro de áreas rurales la jefatura femenina joven prácticamente se duplicó (pasando del 4,5% al 8,5%). En este sentido hay dos hitos que dan cuenta del
incremento de mujeres al frente de su hogar y de la mayor independencia y autonomía que se percibe en ellas: la crisis del año 2001, que las llevó a tener que
hacerse cargo de la economía doméstica, y la Asignación Universal por Hijo (AUH), que impactó en su autonomía y autoestima en términos de decidir en forma
independiente sobre el destino del dinero. Finalmente es de destacar, la mayor valoración de la participación de las mujeres en las actividades productivas y de
sus capacidades como sustento del hogar.
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La lucha por la equidad de género viene recorriendo un largo camino que comenzó en Nueva York el 8 de marzo de 1857 con las protestas callejeras de un grupo
de obreras textiles por las míseras condiciones en las que trabajaban, y los distintos movimientos que se sucedieron a partir de esa fecha, sentando las bases
para un importante cambio. Desde ese momento histórico se conmemora el Día Internacional de la Mujer como una jornada de reflexión y de reivindicación de la
lucha femenina por la conquista de derechos: a bienes materiales y simbólicos, individuales y colectivos; derechos a decidir, a elegir y a producir en igualdad de
condiciones con los varones.
La Unidad para el Cambio Rural tiene por misión la coordinación de los programas y proyectos cofinanciados total o parcialmente con recursos externos que se
ejecutan en la jurisdicción del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca (MAGyP), y la identificación y preparación de otros nuevos. Los objetivos de estas
iniciativas cubren amplios perfiles de la inversión pública para el desarrollo, desde la infraestructura y los servicios necesarios para la producción a la mejora de
las condiciones de vida de los pobladores y pobladoras rurales.
Por ello, para quienes tienen a su cargo la ejecución de políticas cuyo propósito último es el bienestar general, el Día Internacional de la Mujer es una ocasión de
incentivar el apoyo a la igualdad de derechos y oportunidades; es una invitación a la mirada crítica del orden social establecido y, muy especialmente, es una
convocatoria a profundizar el cambio.
La UCAR, como parte del cambio rural igualitario, se propone equidad en sus políticas y eficiencia en sus acciones, porque no hay acción pública neutra si opera
sobre condiciones materiales y sociales desiguales.
Fuente: UCAR (www.ucar.gob.ar)