Como el resto de los seres vivos, la fisiología de la cerda se va desarrollando a lo largo de su crecimiento en preparación para la reproducción; a esta etapa se le conoce como pubertad.
El primer estro, conocido también como calor o celo; será la referencia de que la cerda ya ha alcanzado la etapa pubertad, más no necesariamente que sea el momento pleno de cargarla. Esto, debido a que el organismo de la nulípara, o cerda sin partos, aún no alcanza un desarrollo fisiológico completo. De ahí la importancia y ventajas que conlleva contar con un buen registro de calores sin servicio (HNS).
Momento óptimo para el servicio
Si bien, existen muchos parámetros para determinar el momento óptimo para que una cerda sea servida por primera vez; dependiendo completamente de los protocolos, manejos, personal y explotación de la granja. A continuación se mencionan los tres parámetros utilizados en campo para determinar el inicio de utilización de las nulíparas.
-Edad
Este es uno de los parámetros básicos para introducir hembras de reemplazo a las granjas; en otras palabras, cerdas jóvenes necesarias para sustituir a las cerdas que están por terminar su ciclo reproductivo, hembras infértiles, enfermas y posibles muertas; esto para continuar con el flujo de animales de manera estable sin tener periodos donde no se produzca nada. Cada explotación determina el número de reemplazos que necesitará basado en sus registros, flujo de animales y condición sanitarios y económicos. Generalmente ronda entre 8 y 12% del total de hembras productivas.
Dependiendo de la raza, el celo en las cerdas comienza a presentarse desde los 5 meses de edad o 24 semanas (160-180 días), ciclando, en promedio, cada 21 días. Sin embargo, la presencia del celo puede ser influenciada o afectada por factores que se describirán más adelante.
Se espera que la hembra pueda ser cargada a partir de los 200 días de edad contando con al menos un HNS.
-Ganancia de peso
Las hembras deben de contar con una alimentación adecuada y balanceada durante su desarrollo. Esto no quiere decir que deben comer todo el tiempo en cantidades exageradas. Si bien, se sabe que una buena dieta en animales en crecimiento influye en la presentación del primer celo, un peso excesivo puede ser perjudicial al momento de la carga por lo que se espera una ganancia de peso que ronde entre los 500 y 600 gramos diarios.
Se debe estar atento al consumo individual, ya que grupos muy grandes, o con hembras dominantes, pueden causar un desarrollo desequilibrado entre los integrantes.
-Condición corporal
El estado fisiológico del animal al momento de ser cargado es factor influyente no solo para el primer parto, sino, para los siguientes. Por lo que se debe tomar en consideración al momento del servicio.
En una medida de condición corporal 1-5, donde 1 es un animal caquéxico y 5 un animal demasiado obeso, se busca que la hembra cuente con una condición entre 2 y 3, lo que demuestra que está teniendo una ingesta apropiada para mantenerla saludable pero que le facilitará el parto y la recuperación al desgaste durante el periodo de la maternidad.
En campo, se utiliza la técnica de flanco a flanco que ayuda a estimar el peso del animal midiendo su circunferencia desde la unión de la pierna con la ingle hasta el mismo lugar del otro extremo. El servicio es recomendable a partir de los 90 cm. en adelante.
Estos parámetros son utilizados individualmente en algunas granjas, sin embargo deben ser usados en conjunto para garantizar el desarrollo adecuado del animal al momento del primer servicio con el fin de optimizar el ingreso de las hembras nulíparas a la producción.
Factores que influyen en el registro de HNS
Existen ciertos aspectos que pueden alterar la precocidad o retardo del celo y pueden estar directa o indirectamente relacionados al manejo de los animales en la granja.
El genotipo de las cerdas es un factor que influye hablando del primer celo ya que algunas razas son más precoces que otras. Conocer la genética del hato sirve como referencia para saber a qué edad puede comenzar la pubertad en las hembras.
Las temperaturas elevadas retrasan la aparición del celo, por lo que se recomienda un ambiente controlado y ventilado entre los rangos de 18-24 centígrados.
Los animales en el corral pueden expresar, por su comportamiento, si la temperatura es la adecuada ya que se apilaran en ambientes muy fríos y se separarán lo más posible en ambientes calurosos.
Se debe tomar en cuenta el factor de estrés al momento de esperar el celo. Tanto de la presencia e influencia de los trabajadores como del número y comportamiento de los animales. Falta de apetito, peleas excesivas, animales heridos o asustadizos son indicios de estrés en el ecosistema.
El personal juega un papel importante para el registro de HNS ya que debe estar bien capacitado para detectar el celo en las cerdas; La falta de experiencia o conocimiento en los signos previos al calor, tales como: vulva enrojecida o inflamada, descargas vaginales, gruñidos excesivos, inquietud y principalmente los que indicarán que la hembra se encuentra en celo como orejas erguidas y el reflejo de inmovilidad, donde la cerda se queda completamente estática para ser montada por el macho, puede llevar a la omisión de celos activos.
La exposición del macho ante las hembras es vital y debe iniciarse desde las 24 semanas de edad, pues se ha demostrado que el ver, oír y oler al macho celador puede acelerar el celo de hembras inmaduras hasta por 20 días. Si es posible, y tomando en cuenta la seguridad del personal, el macho puede entrar al corral con las nulíparas para optimizar la exposición. El tiempo que el verraco pase en los corrales dependerá del número de hembras, en grandes explotaciones se utiliza una relación de 30 segundos por cerda por día, esto con el fin de utilizar al máximo posible al macho celador antes de agotarlo y que pierda el interés. De igual forma el número de machos utilizados varía dependiendo la cantidad de hembras, como regla, se debe tener en inventario un macho por cada 250 hembras, utilizándolos de manera aleatoria para diversificar la exposición.
Registro de HNS y sus ventajas
Una vez detectada la hembra en calor, el trabajador debe identificar a la nulípara a manera de distinguirla del resto. Pueden ser utilizados aretes especificando en ellos el día que presentó el calor. El uso de pinturas o marcas temporales no es recomendable ya que pueden no ser visibles al repetir el ciclo.
Esta identificación será conocida como HNS (heat-no-service). Y se busca obtener entre un 4 y 6% diario del total de cerdas nulíparas.
Si se realiza de manera correcta, rutinaria y cuidadosa, se espera que para las tres semanas ya se cuente con un 70% de hembras con HNS y superior al 90% después de 6 semanas.
Proyecciones
Contar con el registro de HNS nos ayudará al momento de realizar proyecciones del hato al siguiente celo, en otras palabras, las cerdas registradas el día de hoy, presentarán estro en 21 días (3 semanas). Dato que podemos utilizar para cubrir espacios vacíos en el flujo o realizar los reemplazos necesarios para la semana.
Este dato es específicamente esencial cuando se incrementará el número de hembras a reproducir ya que se tendrá un estimada de las hembras a entrar en calor en esa semana y programarlo con las cerdas que serán cargadas al ser destetadas.
Aprovechamiento de las instalaciones
El registro de HNS nos ayuda para minimizar el uso de las instalaciones, ya que tenemos el dato preciso de cuándo será cargada la hembra por lo que se puede administrar su espacio dentro de la línea de producción mucho antes de ser utilizada.
Las hembras nulíparas pueden permanecer juntas hasta el momento de la cubrición, evitando el uso de más corrales o jaulas, así como el estrés del animal en cuestión de movimientos y adaptación a un nuevo grupo al ser mezcladas.
De igual manera, si no se cuenta con el espacio suficiente para ingresar a las nuevas hembras en la línea de producción, el celo se puede dejar pasar haciendo un nuevo registro HNS y continuar la proyección al siguiente celo.
Costos
Ya que se tendrá un estimado de las hembras próximas a entrar en celo, se pueden reducir los costos de producción al ser más específico al momento de ordenar suministros. Un ejemplo de este ahorro es la compra de semen de mejor calidad para hembras de reemplazo, en el caso de inseminación artificial.
Un registro rutinario de HNS ayudará a reducir los días abiertos de la granja, es decir, el tiempo que los animales permanezcan sin producir; ya sea cargados o en maternidad, es menor.
Para la efectividad del registro de HNS y mejorar la productividad de la granja, se debe contar con un personal capacitado, que se tome el tiempo y la constancia para realizarlo. Por lo que debe establecerse como una actividad tan importante como el cuidado de los neonatos o la cubrición de animales, ya que es la base del crecimiento de la explotación.
Fuente: Raúl Andrés Romero González
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