La producción porcina en escala industrial busca cada vez más incrementar la productividad. Uno de los parámetros a mejorar es la pérdida de lechones en el posparto. Una técnica de manejo para implementar en esta etapa es la supervisión y atención del parto por operarios para asegurar la supervivencia de los lechones mediante el correcto calostrado entre otras acciones, e intervenir de forma inmediata en caso de necesidad o complicaciones. Por otra parte, las cerdas pueden parir fuera del horario de trabajo, cuando la supervisión no es la óptima (Fuentes Hernández et al., 2009). Al implementar la técnica de inducción de partos se puede obtener 2,35 lechones destetados extra por cerda/año (Pigworld, 2013).
Las tasas de mortalidad de los lechones antes del destete promedian entre el 10 y el 15 % y pueden incrementarse en algunas piaras. La mayor parte de estas pérdidas de lechones ocurre durante los primeros 3 días posparto, principalmente durante las primeras horas de vida. Las muertes fetales siguen siendo un problema principal en la cría intensiva de cerdos y representan entre el 5% y el 10% (Straw et al., 1998). La capacidad de inducir el parto de forma predecible en un grupo de cerdas puede conducir a una reducción de la mortalidad neonatal de los lechones y de las enfermedades puerperales de las cerdas al permitir al operario ayudar a las cerdas que están teniendo un parto difícil y supervisar la ingesta de calostro.
Con la programación de los partos se busca permitir la asistencia del parto a un número mayor de cerdas posible para para obtener las siguientes ventajas:
? Reducir al mínimo los partos nocturnos y los que se dan en los días feriados.
? Permitir la asistencia del parto al mayor número de cerdas posible.
? Facilitar la gestión de los recién nacidos: con los lechones nacidos el mismo día es más fácil organizar las adopciones de las camadas.
? Sincronizar la gestión de los reproductores y de los lechones en el período de lactación (cualquier intervención de manejo y sanitaria) ya que se obtienen grupos homogéneos de animales por momento productivo y por edad.
? Prevenir las gestaciones prolongadas más allá del término de la gestación.
? Optimizar la ocupación de las instalaciones de la maternidad.
? Se pueden obtener beneficios sobre el número de lechones nacidos vivos.
? Se observan mejoras en el post-parto de la cerda sobre la expulsión de la placenta, sobre la prevención de la metritis y mastitis (Faccenda M., 2005).
La inyección con prostaglandina PGF2? o sus análogos es efectiva para inducir el parto, aunque es habitual tener un amplio rango en el intervalo de tiempo entre el momento de sincronización y el comienzo del parto. Diferentes trabajos demuestran que sólo entre un 50% a un 60% de las cerdas tratadas con PGF2? paren durante el día posterior al tratamiento en horario laboral y sólo esas cerdas son candidatas a la supervisión del parto (Kirkwood et. al, 1998).
El fracaso ocasional de una única inyección de PGF2? puede deberse a una luteólisis incompleta. En este caso, las concentraciones circulantes de progesterona disminuyen, pero luego el cuerpo lúteo se recupera y se mantiene la preñez (De Rensis et. al, 2011).
El momento óptimo para inducir el parto, puede diferir de una granja a otra. Kirkwood (2023) recomienda que la inducción del parto no se realice más de dos días antes de que la duración media de la gestación de las cerdas de una granja.
Es fundamental conocer la duración promedio de la gestación promedio de la granja para poder realizar un correcto protocolo de sincronización de los partos. La duración de la gestación puede variar dependiendo de varios factores de origen materno, fetal y ambiental. También influyen otros componentes como la genética, el tamaño de camada, la proporción sexual de la misma, el peso corporal de la cerda madre, factores nutricionales y ambientales (Fuentes Cintra et al., 2006; Rydhmer et al., 2008).
Para calcular la duración media de la gestación, se recomienda considerar calcularla a partir de la última inseminación y no de la primera (más cerca de la ovulación y del inicio real de la gestación). Este periodo de tiempo debe ser calculado para cada granja en aquellas cerdas madres que no fueron inducidas y el parto se desencadeno de forma natural (Kirkwood, 2023).
La inducción al parto puede provocar el nacimiento de lechones prematuros, y como con cualquier cría prematura, existe un riesgo potencial de desarrollo pulmonar deficiente. Los pulmones de los lechones desarrollan los sacos aéreos (alvéolos) apenas 2 semanas antes del nacimiento. La inducción no supone un problema para los lechones, mientras no se haga más de 2 días antes de la fecha prevista del parto. Si las cerdas son inducidas 3 días antes, la viabilidad de los lechones puede verse comprometida (Kirkwood, 2023).
Sin embargo, aún se puede esperar una gran variedad en el intervalo entre el tratamiento y el parto. Si bien alrededor del 80 % de las cerdas pueden parir dentro de las 36 horas posteriores a la inyección, la experiencia ha demostrado que sólo entre el 50 % y el 60 % de estas cerdas inducidas tienen probabilidades de parir durante la jornada laboral y, por lo tanto, ser candidatas para la supervisión del parto (Kirkwood et al., 1996).
Con la programación de los partos se busca evitar partos nocturnos y fines de semana, este simple manejo permite reducir el número de mortinatos. Al dedicar más tiempo a la cerda en lactación se mejora la supervivencia de sus crías, al sincronizar los partos se mejora la adopción cruzada de lechones y se produce una camada más uniforme, lo que resulta en un mejor rendimiento de la paridera. Además, permite una utilización más eficaz de las instalaciones y optimización del personal al minimizar los partos durante las noches, fines de semana y cuando sea necesario la programación del personal con previo aviso (Cameron et al., 2000).
El objetivo del presente trabajo fue evaluar la eficiencia de la inducción del parto mediante una segunda inyección de cloprostenol administrado 6 horas después de la inducción inicial con cloprostenol sobre la respuesta al parto de las cerdas.
Fuente: Argentina.gob.ar
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