Hace más de un siglo un campesino antioqueño, Eulogio Echavarría, empezó a criar marranos con la única idea de completar la alimentación de la familia. Fue en el siglo XIX, cuando el suroccidente antioqueño además de pobre estaba aislado por falta de vías. Sin pensarlo estaba dándole vida a Antioqueña de Porcinos, convertida hoy en la empresa que más cerdos vende en Antioquia y la tercera en el país después de La Fazenda y Cerdos del Valle.
En 1940, su hijo Gustavo de Jesús vio la posibilidad de darle un vuelco a la producción familiar y redireccionó la actividad hacia la ganadería de leche y complementa con el transporte de leche para la Cooperativa Lechera de Antioquia (Colanta) que había empezado a coger fuerza.
En 1960, Gustavo Echavarría decide arriesgarse a crecer el negocio y junto con su hermano Oscar arrendó un predio en el corregimiento de San Antonio de Prado, donde hoy se ubica la planta de Antioqueña de Porcinos, y que con el tiempo se ha convertido en un corregimiento del distrito de Medellín. La siguiente generación, representada por Fabio Echavarría, hijo de Gustavo, mostró su espíritu emprendedor desde temprana edad. En la década de los 70, con solo ocho años, incursionó en la venta de concentrado para cerdas en los criaderos vecinos. Años más tarde, ya en su juventud, complementó esta actividad con la distribución puerta a puerta de leche.
En 1983, Don Gustavo le entregó a Fabio un negocio de concentrados de Solla que operaba en San Antonio de Prado y que vendía 30 toneladas al mes. En pocos meses, Fabio logró aumentar las ventas a 400 toneladas mensuales, gracias a una estrategia de ampliación de la distribución a otros municipios mediante buses de escalera. Sin embargo, la dificultad en la recolección de cartera debido a las distancias lo llevó a tomar una decisión crucial que marcaría su vida empresarial: dedicarse por completo a la ceba de cerdos, comprando lechones para engordar. Inició comprándolos de madrugada en la feria de ganados, donde se hizo conocido y obtuvo crédito.
Con la ayuda de su hermano Vianor de Jesús, el negocio porcino comenzó a crecer, y aprendieron juntos sobre el proceso productivo. Con el ánimo de aumentar la cría viajaron a Ibagué en 1993 donde la gran demanda por lechones los llevó a establecer su propia granja de cría en un predio llamado "La Trampa" en el municipio de Ebéjico, Antioquia. Esta decisión que buscaba eliminar la dependencia de terceros y garantizar la calidad y cantidad de los lechones, marcaría el inicio de un crecimiento vertical de la empresa que continúa hasta ahora. A pesar de las críticas por la lejanía, el difícil acceso, la falta de servicios públicos y el clima desfavorable de Ebéjico, Don Fabio perseveró en desarrollar su negocio en esta zona del departamento, donde en la actualidad es el principal empleador.

Contrarió a sus expectativas, el apoyo financiero para aumentar la producción en otra granja con capacidad para mil cerdos, lo encontró en Contegral, la competencia de Solla. Este apoyo, en un momento crítico, estableció una relación comercial que perdura hasta hoy. En 2006, Fabio recurrió nuevamente a Contegral cuando le compró a su hermano Viator otra finca de 4.000 cerdos, Los Molinos, y repuso las 2.000 cerdas de su hermano.
Al estudiar el mercado, Don Fabio comprendió la necesidad de evolucionar del "marrano clásico", que generaba preocupación por enfermedades como la triquinosis, hacia el cerdo criado con concentrado. Viajó a Europa para aprender sobre el manejo vertical del negocio porcino, que abarcaba desde la crianza, el trato a los animales, la alimentación y la genética, hasta el sacrificio, desposte, empacado al vacío, cadena de frío, transporte y comercialización, todo con el fin de generar confianza en el consumidor. De ahí su eslogan "Carne de cerdo de absoluta confianza"
La empresa va desde cría del cerdo hasta la venta de su carne en restaurante
Antioqueña de Porcinos se constituyó como empresa en 1999, iniciando la construcción de la primera planta de beneficiadero dedicada al cerdo en el país, inaugurada un año después en la vereda Yuramalito, San Antonio de Prado. La planta, diseñada con tecnología europea y consideraciones de sostenibilidad, comenzó procesando 20 cerdos por hora y fue concebida con proyecciones de crecimiento. Los productos procesados en esta planta se comercializan bajo la marca Porcicarnes.
A principios de siglo, Almacenes Éxito fue su principal cliente. Para cumplir con los despachos de cerdos en cortes y en canal en menos de 12 horas, Antioqueña de Porcinos realizó grandes inversiones logísticas, lo que le valió el reconocimiento como el mejor proveedor de Colombia en 2009. Sin embargo, en 2010, la cadena modificó la operación de sus carnicería y decidió comprar solo cerdo en canal. Ante esta situación, Don Fabio decidió reducir sus ventas a Éxito, y se enfocó en su propio esquema de comercialización directa, en solo cuatro años, pasó de venderle al Éxito el 42% de su producción en 2010 a solo el 4% en 2014.
La venta directa, la continuación de su crecimiento vertical, se inició a principios de siglo con un punto propio de Porcicarnes en la Plaza Minorista de Medellín que aceptó a cambio de una deuda. Este punto se diferenció de la competencia mediante tecnología que garantizaba la calidad de los alimentos, como la maduración en frío, la continuidad del ciclo de refrigeración, el procesamiento con maquinaria especializada, el empacado al vacío y una trazabilidad que generaba confianza en el consumidor. Para 2010, año de la crisis con Éxito, Porcicarnes ya contaba con 7 puntos de venta en Medellín. Inició entonces un proceso de expansión hacia Antioquia, el Eje Cafetero, la Costa Atlántica y Bogotá, alcanzando 17 puntos de venta en 2014.

Durante la siguiente década, Don Fabio se dedicó a expandir el negocio y abrir más puntos de venta, manteniendo precios competitivos e iguales en todos sus expendios a nivel nacional, incluso en los más lejanos. Actualmente, cuentan con 15 puntos de venta en Medellín y sus alrededores, además de presencia en 16 ciudades como Sincelejo, Montería, Palmira, Tuluá, Bogotá y Chía. También han desarrollado dos puntos de venta de carne de cerdo preparada, Porciparrilla, con precios asequibles, y una línea de maquila.
Desde su planta en San Antonio de Prado, Antioqueña de Porcinos ofrece una variedad de productos que incluyen cortes con hueso, cortes sin hueso, horneados y ahumados, y productos industriales. Entre sus clientes institucionales se destacan el Grupo Nutresa, de quien recibieron el premio "Proveedor ejemplar" en 2018, 2019 y 2022, y Alkosto, que les otorgó el premio "Mejor proveedor de la línea de frescos y perecederos" en 2018.
Don Fabio ha logrado un exitoso proceso de integración vertical con Antioqueña de Porcinos, abarcando desde la cría hasta la venta de carne de cerdo en sus propios restaurantes. El año pasado, la empresa registró ventas por $448.991 millones, posicionándose como la tercera empresa de cría de ganado porcino del país.
Fuente: Las 2 orillas
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