La Federación Porcina Argentina (FPA) encendió una señal de alerta en toda la cadena por el fuerte incremento de las importaciones de carne de cerdo en septiembre, sobre todo de bondiola de Brasil, advirtieron que esta situación afecta la rentabilidad, y reclamaron reglas claras para sostener el crecimiento del sector.
El ingreso de más de 4.600 toneladas de carne porcina, equivalentes a US$125 millones, "duplicó la oferta de bondiola en el mercado interno", dijo la FPA. Esto generó distorsiones en los precios y afectó especialmente a despostadores y distribuidores.
El 97,8% de la carne importada provino de Brasil, y la mitad correspondió a bondiola, uno de los cortes más consumidos por los argentinos. "Estas 2.000 toneladas representan 2 millones de kilos de carne, o el equivalente a 500.000 capones. El mismo volumen que se produce localmente en un mes", afirmaron desde entidad que conduce Daniel Fenoglio.
En tanto, según un informe, elaborado por el ex presidente de la Asociación Argentina Productores Porcinos, confirmó el fenómeno.
En septiembre, las importaciones totalizaron 3.843 toneladas. Lo que significó un aumento del 24,3% respecto a agosto y un 74,2% más en comparación con el mismo mes del año pasado. "Este año se destruyó el valor de la bondiola, negocio y mérito construido por el sector argentino, que hoy tiene un valor entre un 30% y un 40% inferior del que siempre tuvo". Lo mismo sucedió con otros cortes, como el pechito y el carré con hueso. Cuyos valores no lograron recomponerse por la falta de mercados atractivos para los productos de menor valor.
La ractopamina y la "competencia desleal"
Desde la Federación remarcaron que la situación genera "competencia desleal" en la cadena porcina por el uso de ractopamina. Un promotor de crecimiento prohibido en Argentina y en más de 160 países. "Mientras nuestros productores sostienen un modelo natural y sustentable, deben competir con productos más baratos elaborados bajo condiciones no permitidas". El vicepresidente de la FPA, Adolfo Franke, explicó que "el 50% de los cortes que llegan desde Brasil se producen con ractopamina. Es un anabólico que, si bien no es peligroso para la salud, está prohibido en nuestro país y en la mayoría de los mercados del mundo". Agregó que "China, por ejemplo, no acepta cortes con ractopamina. Y sin embargo esos mismos excedentes terminan colocándose muy fácilmente en Argentina". Franke remarcó que "la carne no está prohibida, pero su uso sí lo está. En esta ambigüedad, no hay análisis para verificar si la carne importada tiene o no contenido de esta sustancia". Además, advirtió que Brasil "es un gran productor que hace muchos años cuenta con una política permanente de desarrollo de la agroindustria. Independientemente del gobierno de turno".
¿Qué es la ractopamina?
Como se mencionó, la ractopamina es un promotor de crecimiento. Lo que hace es mejorar la tasa de conversión del alimento en carne en la fase final del engorde. Se utiliza en Estados Unidos y más de 20 países, pero está prohibido en la Unión Europea y en otro centenar de países. En la Argentina, no está autorizado y en teoría no se utiliza, aunque hubo varios idas y vueltas (en el 2011, por ejemplo, se lo autorizó) y los productores de cerdos vienen reclamando que se les permita utilizarlo para poder competir con otros países que sí lo usan, como Brasil.
En Estados Unidos, este anabólico fue aprobado en diciembre de 1999 por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés). Aunque luego algunos jugadores importantes del negocio porcino lo dejaron de utilizar para no tener dificultades en el mercado chino.
Producción Porcina local
Por otro lado, desde la FPA también advirtieron por el régimen actual de IVA, con una alícuota del 10,5% para ventas y 21% para insumos, lo cual genera saldos fiscales inmovilizados y un sobrecosto cercano al 19%, y desalienta nuevas inversiones. A ello se suma la falta de líneas de financiamiento adecuadas para los ciclos biológicos de la producción porcina, y la demora en la firma del protocolo sanitario con China, que permitiría exportar subproductos de mayor valor agregado. "Hace años que pedimos que nos saquen el pie de encima. No queremos beneficios especiales, queremos reglas claras para invertir y competir en igualdad de condiciones. Necesitamos que el Estado sea un aliado de la producción, no un obstáculo", sostuvo Agustín Seijas, director ejecutivo de la FPA. Desde la entidad aclararon que no reclaman subsidios, sino condiciones justas y previsibles. Franke agregó:
Lo que pedimos es que nos den una mano y que nos saquen el pie de encima. Si vamos a competir en el mundo es esencial que estos temas se resuelvan y que haya una situación crediticia adecuada a las inversiones que requiere el sector y tiene pendientes. Cuando invertimos hundimos mucho dinero, y estas cuestiones siguen sin resolverse, lo que limita el crecimiento. Pedimos, por favor, no volver a perder el tren.
Impacto en los precios
Por último, en cuanto a los precios internos, afirman que el ingreso masivo de carne importada está generando una presión descendente: según la FPA, el valor de la bondiola se redujo entre 30% y 40%, lo que afecta a productores, frigoríficos y comercializadores.
El negocio que construimos durante años, con calidad y esfuerzo, se está desmoronando por políticas que no protegen la producción nacional
Fuente: Urgente 24
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