Jorgelina (30 años) tenía dos trabajos en la ciudad y Javier (29) se había dedicado a la apicultura toda la vida. Pero a principios de 2014 tomaron una decisión
arriesgada: comenzar con la producción de cerdos para aprovechar un emprendimiento familiar que iba a quedar abandonado, y ahora es su principal fuente de
vida. "Decidimos volcarnos de lleno a nuestro emprendimiento", afirma él.
Al principio, hacían todo los dos, luego se dividieron las tareas: Javier se encarga de la cría de los cerdos y de las colmenas, mientras que Jorgelina se ocupa de
los pollos y del puesto en la ruta ?el ingreso que tienen proviene fundamentalmente de las ventas que generan allí.
Recorriendo ese camino encontraron en la propuesta grupal de Cambio Rural la posibilidad de mejorar su producción, compartiendo las vivencias de otros
productores en las reuniones mensuales y contando con el acompañamiento del Promotor Asesor, que les resultó fundamental para definir objetivos y orientarlos
en la solución de los problemas comunes que presentaban las diferentes producciones. Continúan organizándose para lograr otras iniciativas: producir capones y
construir una planta de faena.
"Las reuniones nos ayudan a plantear diferentes problemas que van surgiendo. Como el Asesor es veterinario, hablamos con él acerca de los inconvenientes con
los animales, y siempre se acerca al campo y nos da una solución", subraya Jorgelina.
En esta nueva etapa, Cambio Rural II prioriza la incorporación de los jóvenes a los grupos tradicionales y de valor agregado como una acción estratégica para el
desarrollo de las comunidades rurales, facilitando el traspaso generacional. Además, brinda una opción laboral a aquellos que desean permanecer en sus
ámbitos.
La experiencia de Jorgelina y Javier nos demuestra que los jóvenes, con apoyo y decisión, pueden llevar adelante emprendimientos rurales colaborando, al
mismo tiempo, con el crecimiento de sus comunidades.
Fuente: Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación (www.minagri.gob.ar)