Influyen una multiplicidad de factores, entre ellos la apertura comercial y el crecimiento de los precios de insumos y mano de obra.
La producción de carne de cerdo atraviesa su peor momento en años, producto del fuerte crecimiento de las importaciones y la suba de los costos internos.
Hace años que las economías regionales se encuentran resentidas, con serias dificultades para mejorar la competitividad. La situación se agravó desde que se estableció la apertura económica, con un tipo de cambio atrasado y costos internos avanzando al ritmo de la inflación.
La producción porcina, no está exenta de la coyuntura. Un estudio presentado por el Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad de Avellaneda (Undav), refleja en detalle la evolución de las principales variables del sector, y explica los factores que llevan a la situación actual.
El primer punto a considerar, es la brecha de precios entre la góndola a la que accede el consumidor final, y lo que recibe el productor primario. En nuestro país, la cadena de producción comienza en las granjas de cría, las cuales en general tienen una estructura pequeña o mediana, continúa en los mataderos y frigoríficos, desde donde la carne se deriva a la industria chacinera y a las grandes carnicerías, para finalizar en la cadena de distribución comercial hasta llegar a la góndola, en general, en supermercados. El estudio de la Undav revela que el precio que recibe el primer eslabón de la cadena productiva se incrementó en los últimos dos años un 24,6% para el capón y un 35,5% para el lechón. Durante el mismo lapso, en la otra punta de la cadena, los precios de los cortes más populares crecieron dos o tres veces más. La costilla de cerdo aumentó un 87%, la bondiola un 108% y el matambre un 134%. Tal dinámica es posible debido a que la cadena de comercialización tiene mayor facilidad para remarcar el precio final del corte. El productor primario en cambio, debe aceptar el precio de referencia que recibe del mercado matancero.
Un segundo factor, es el acelerado crecimiento de los costos internos. El estudio de Undav señala que el sector soportó en los últimos 20 meses un fuerte incremento en el precio del alimento balanceado, a raíz de la eliminación de las retenciones a la exportación de granos. El alimento se fabrica en base a maíz, y el precio aumentó no menos del 20%. A ello se suma el 33% de ajuste en el costo de la mano de obra, y un aumento promedio de 220% en las tarifas de la energía. Se estima que hasta hace dos años, el margen de rentabilidad del productor primario representaba el 7% del precio final. Hoy llega apenas al 4%. En el mismo periodo, el peso de los costos fijos pasó del 23% al 29%, el de los insumos del 5% al 11% y el de la logística y transporte del 20% al 24%. Un panorama difícil que a la larga, solo puede conducir a la concentración del primer eslabón en pocas manos.
Por último, el golpe de gracia lo da la apertura comercial. En lo que va del año, las importaciones son nueve veces más grandes que las exportaciones argentinas de carne porcina. Además, desde que se abrieron las fronteras, la velocidad a la que crecen las importaciones duplica al ritmo en que avanzan las exportaciones. Los datos muestran que durante los primeros siete meses de 2017, las compras al exterior (incluyendo animales vivos, carne congelada y derivados) alcanzaron los u$s 62,5 millones. Un 81% más que el año pasado (u$s 34 millones). En el mismo lapso, las exportaciones alcanzaron los u$s 7 millones, un 42% más que en 2016 (u$s 4,9 millones).
De mantenerse la tendencia, la dificultades para los productores argentinos serán cada vez mayores. El gobierno argentino, por un pedido explícito de su par norteamericano, acaba de habilitar la entrada de la carne porcina desde EE.UU., como señal de reciprocidad a la apertura de ese país para la entrada de los limones argentinos. Pero la principal amenaza, es el crecimiento de la importación desde Brasil. El vecino país es uno de los gigantes de la producción porcina a nivel global. Según los datos de la Aduana Argentina, Brasil representa en la actualidad el 88,5% de las importaciones de carne porcina.
Crece la brecha de precios entre el productor y la góndola, aumentan los costos internos y las importaciones desde Brasil.
Producción porcina
Datos de coyuntura
Hasta un 25% se incrementó el precio que reciben los productores en los últimos dos años. En el mismo lapso, los precios en góndola aumentaron entre 87% y 134%.
Los costos internos mostraron una fuerte alza durante los últimos veinte meses. Los insumos subieron 20%, la mano de obra 33% y la energía un 220%.
Las importaciones se incrementaron un 81% interanual en lo que va del año 2017.
La carne de cerdo brasileña representa un 88,5% de las importaciones argentinas.
Fuente: http://www.rionegro.com.ar
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